Protección visual para corredores
Correr ha dejado de ser una práctica minoritaria para convertirse en un deporte de moda. Son muchos los hombres y mujeres que salen a correr diariamente por las calles de pueblos y ciudades en cualquier época del año, sin que les preocupe el calor del verano o el frío del invierno, con el único objetivo de sentirse bien consigo mismos.
Los corredores, sin embargo, deben ser conscientes de que la vista es un sentido que deben proteger adecuadamente. Al correr al aire libre los ojos están expuestos a la climatología; el frío, el calor o el viento pueden afectar a la salud visual. Especialmente si la exposición es prolongada y no se utiliza protección.
Gafas para correr
Utilizar gafas de sol se hace imprescindible. Sin embargo, para proteger adecuadamente los ojos, no es conveniente utilizar las gafas de sol habituales. Se debe optar por unas lentes que no se muevan durante el ejercicio, que sean ligeras y que no se peguen demasiado a la cara para evitar que se empañen con el sudor.
Las gafas cumplen varios objetivos. Por una parte, como es obvio, protegen los ojos de los rayos del sol. Es recomendable que las gafas cuenten con protección para evitar que la radiación solar pueda afectar los ojos o quemar la delicada piel de los párpados. Si después de correr durante un tiempo prolongado, los ojos se muestran llorosos, sensibles a la luz, o pican, es aconsejable acudir al especialista.
Las gafas de sol polarizadas minimizan o eliminan los reflejos que se producen cuando el sol incide en determinadas superficies; coches, escaparates… Los reflejos pueden cegar al corredor o distorsionar su percepción de la realidad durante unos segundos. Un tiempo más que suficiente para que se produzca un accidente o una caída.
Por otra parte, las personas que utilizan gafas graduadas también pueden graduar sus gafas de sol para correr o bien combinarlas con lentes de contacto, especialmente los miopes. Los corredores con miopía tienen problemas para enfocar de lejos por lo que pueden tener problemas para esquivar las situaciones peligrosas ya que no las pueden detectar hasta que están muy cerca.
Protección de los ojos
Las gafas envolventes protegen los ojos del deportista de las agresiones externas evitando que, al correr, algún insecto, grano de arena o polvo pueda entrar en los ojos. No obstante, si esto sucede, se debe incrementar el pestañeo para que la lágrima y el párpado arrastren la suciedad y pueda ser expulsada. Si no sale de esta manera, hay que lavar bien el ojo con agua o suero fisiológico. Los cuerpos extraños que permanecen dentro del ojo pueden llegar a provocar infecciones.
En definitiva, correr sin la protección ocular adecuada puede generar problemas en los ojos y, como consecuencia, en la vista. Si vas a correr, ¡no olvides proteger tus ojos!