Visión y conducción
Millones de personas conducen cada día por las carreteras españolas. Se calcula que unos cinco millones de personas lo hacen con problemas de visión. De ellas, 1 de cada 4 no ha revisado su vista en los últimos dos años.
La vista es el sentido más importante a la hora de tomar decisiones en la carretera. La Organización Mundial de la Salud afirma que una visión deficiente está entre los mayores factores de riesgo para los accidentes de tráfico.
Durante la conducción, es necesario estar pendiente de lo que ocurre en la carretera y también dentro del vehículo. La vista debe poder enfocar sin dificultad a distancias lejanas y cercanas. Ver bien significa poder tomar una decisión lo más rápidamente posible. El tiempo de reacción es lo que tarda un conductor, desde que ve un obstáculo hasta que toma una decisión para evitarlo. Si la visión no es buena, el tiempo de reacción aumenta. En muchas ocasiones, unos segundos pueden marcar la diferencia entre sufrir un accidente o evitarlo.
Se hace necesario, por tanto, la utilización de gafas o lentes de contacto que corrijan los problemas de visión del conductor. Gafas para mejorar la visión de lejos, de cerca o a cualquier distancia. Las gafas progresivas son una buena opción para las personas que, especialmente como consecuencia del paso del tiempo, necesitan mejorar su visión tanto de lejos como de cerca.
Peligro: deslumbramientos
Otro de los grandes peligros que podemos encontrar en la carretera es el de los deslumbramientos. De día hay superficies que pueden reflejar los rayos del sol, haciendo que estos incidan directamente en los ojos de los conductores. El asfalto o las lunas de otros vehículos son algunas de estas superficies. Por la noche, las luces de los coches o algunas señales luminosas también pueden provocar reflejos que provoquen deslumbramientos.
El deslumbramiento obliga al conductor a entrecerrar o cerrar los ojos de manera involuntaria. Esto significa que deja de ver la carretera durante unos segundos. Al estar el vehículo en movimiento, en función de la velocidad a la que se circule, unos segundos pueden suponer recorrer varios cientos de metros a ciegas.
A pesar de estos riesgos, muchos conductores no son conscientes de la necesidad de proteger sus ojos de los deslumbramientos.